El final de año está ya muy cerquita y como a mí me gusta mucho hacer listas de las cosas que me han gustado (tengo tropecientas listas de Spotify con lo mejor de cada año, por poner un ejemplo), qué mejor que dedicar esta entrada a mis libros favoritos de este 2016.
Trilogía Crónicas del Mago Negro – Trudi Canavan
Había visto varias veces estos libros en la librería y por fin me decidí a empezar esta saga. Formada por ‘El Gremio de los Magos’, ‘La Aprendiz’ y ‘El Gran Lord’, cuenta la historia de Sonea, que descubre que es maga durante una revuelta contra el gremio de magos de Imardin. Una saga entretenida y adictiva que tiene un plus de inclusividad LGTBI (para mí eso siempre es un punto a favor). Quizá la trama no sea la más original y que podría haber acabado de forma más épica, pero sí que cuenta con aspectos que para mí son muy interesantes (que se van descubriendo sobre todo a lo largo del segundo y tercer libro) y que parece que se desarrollan con más profundidad tanto en la novela precuela, como en la trilogía secuela.
El segador – Terry Pratchett
Terry Pratchett me encanta. No puedo evitarlo. Da igual que tenga un libro más flojo que otro, cada uno es una piedra preciosa de humor y reflexión. Si no conocéis a Terry, os cuento brevemente: su saga del Mundodisco es muy extensa (40 libros) y tiene varios arcos argumentales correspondientes a varios personajes. Pero sus novelas son autoconclusivas y no siguen un orden estricto (como mucho se hace alguna mención a una obra anterior pero que no supone un impedimento para entender la historia) por lo que puedes leer cualquiera sin perderte y disfrutándola 100%. Mi personaje favorito es La Muerte (quién lo diría) y en esta novela es la protagonista. Terry aprovecha su humor para soltarnos sus perlas de filosofía y sus palabras cargadas de sabiduría que pueden llegar a sanar. ‘El segador’ es una novela sobre la importancia del tiempo, sobre todo, del tiempo que nos queda de vida, del tiempo prestado, de vivir con ese tiempo prestado. Porque está escrita por Terry que si no, en otras manos, ‘El segador’ podría perfectamente ser una drama.
'Se sentía como si le hubiesen quitado un enorme peso de encima.
¿En eso consistía estar vivo? ¿En sentir cómo se acercaba la oscuridad?
¿Cómo podían soportarlo? Pero lo soportaban, y hasta parecían disfrutarlo, cuando la única opción sensata sería la desesperación. Sorprendente. Sabían que solo eran diminutos seres vivos, encajonados entre abismos de oscuridad. ¿Cómo podían soportar la vida?
Obviamente, había que nacer para ello.
La Muerte ensilló su caballo y lo hizo trotar por los campos.'
La broma – Milan Kundera
Milan Kundera es uno de mis escritores favoritos y de los que he leído gran parte de su bibliografía. Sus novelas no suelen decepcionarme, si bien prefiero las que publicó antes de empezar a escribir en francés (después de casi veinte años viviendo ya en el país galo). ‘La broma’ es su primera novela, inspirada por su expulsión del Partido Comunista Checo, en la que, como es costumbre en él, narra desde las perspectivas de varios personajes, en este caso de Ludvik, Helena, Jaroslav y Kotska. La trama se desarrolla a partir de la expulsión de Ludvik del partido por una broma que sus compañeros no encontraron divertida sino más bien una muestra de oposición a las ideologías del régimen. Forzado a trabajar en una mina donde otros camaradas han ido a parar por motivos similares, Ludvik empieza a plantearse una serie de cosas con respecto al régimen, al poder, al amor, a la vida… Cuando estaba leyendo ‘La broma’, tuve una sensación y una reflexión muy interesante: los que no somos creyentes podemos pensar que es una tontería que los que sí lo son encuentren consuelo en los pasajes de la Biblia, pero a nosotros nos pasa igual con cualquier libro no sagrado que tenga las palabras acertadas. Para mí, leer a Kundera, especialmente en tiempos difíciles, es una fuente de consuelo muy potente, es casi como una biblia. Al fin y al cabo, las Sagradas Escrituras, desprendiéndolas de toda su repercusión histórica y cultural, son también otro libro más al que acudir en épocas de necesidad.
Ya no era un tiempo como aquel con el que me solía topar antes [...]. Ahora llegaba hasta mí desnudo, solo en sí mismo, con su aspecto original y verdadero, y me obligaba a llamarlo por su nombre propio (ya que ahora vivía el tiempo escueto, el mero tiempo vacío), a no olvidarme de él ni por un momento, a pensar permanentemente en él y a sentir continuamente su peso.
Cuando suena la música, oímos la melodía olvidándonos de que es solo una de las formas del tiempo; cuando la orquesta calla, oímos el tiempo, el tiempo en sí. Yo vivía en una pausa.
Orlando -Virginia Woolf
Con Virginia tengo una historia curiosa. Hace años, cuando todavía era yo una jovenzuela, leí ‘La señora Dalloway’ pero me resultó una lectura difícil por aquél entonces. Después, varios años más tarde, probé a leer ‘The Waves’ (‘Las olas’ en español) en su versión original durante mi viaje a Santander. Este gif resume la genialidad de mi idea:
De esta experiencia aprendí que a Virginia Woolf hay que leerla con la mente despejada y con cierto bagaje, igual que a su coetáneo James Joyce (que, por cierto, nacieron y murieron en los mismos años). Este año, tras releer ‘La señora Dalloway’ y maravillarme con ella, me prestaron ‘Orlando’. La Virginia feminista, la Virginia bisexual, la Virginia crítica están en ‘Orlando’, que narra los más de 300 años de vida de Orlando, un aristócrata nacido en la época de Isabel I de Inglaterra y que se transforma en mujer hasta la época actual de la novela, es decir, principios del s. XX. Una crítica de los roles de género y una reflexión sobre la identidad sexual contada casi como si de una novela propia del realismo mágico se tratase. Y gracias a releer ‘La señora Dalloway’ y a ‘Orlando’, me siento preparada para abordar por tercera vez ‘The waves’.
*Como dato anecdótico, quería comentaros que Virginia se inspiró en Vita Sackville-West, escritora y amante de Woolf, y que a parte de dedicarle el libro, incluye algunas fotos de ella.
Solaris – Stanisław Lem
Desde hacía tiempo sabía de la existencia de Lem y sabía que era el autor de ‘Solaris’, pero nunca había leído nada de este escritor polaco. Comencé a leerlo con ‘Congreso de futurología’, una obra con un humor muy ingenioso y un giro argumental que me dejó loca. A ‘Solaris’ le tenía muchas ganas pero nunca lo veía por las librerías de mi ciudad hasta que este año encontré una edición de la editorial Impedimenta (cuyas portadas son preciosas, como podréis comprobar) y que además, por primera vez estaba traducida directamente del polaco al español sin haber pasado por otros idiomas. ‘Solaris’ no se caracteriza por una historia frenética de aventuras, distopías, colonizaciones espaciales, viajes por todo el universo o cualquier otro elemento más común de la ciencia ficción. Solaris es un planeta formado por un océano cuyo comportamiento ha llamado la atención de los científicos durante décadas y que parece tener sus propias normas, incomprensibles a veces para los estudiosos. Se trata de una novela más filosófica que explora las dificultades de comunicarse con una forma de vida alienígena de la que, a pesar de todas las décadas de estudio, no se sabe a ciencia cierta si es inteligente (al menos, atendiendo a nuestro concepto de inteligencia humana) pues las características del océano que forma el planeta hacen de este un misterio todavía sin resolver. Muchas novelas de ciencia ficción en las que el ser humano conoce otras formas de vida no tienen en cuenta esta problemática, mientras que Lem se atrevió con esta reflexión valiéndose de una forma de vida extraterrestre muy peculiar: un planeta entero y un océano que crea formas e incluso imita a los seres queridos de los científicos que acuden a su superficie para su estudio. Una novela, para mí, diferente y con un ambiente algo tétrico y asombroso en muchos casos.
Uprooted – Naomi Novik
Hace varios meses, estando en una librería, me fijé en un libro titulado ‘Un cuento oscuro’: tenía una portada que me llamó mucho la atención y la sinopsis fue un añadido. Lo abrí, leí la primera página (una costumbre muy típica en mí cuando estoy en una librería) y ya mi interés se acrecentó. Investigué por internet y vi que el título original era ‘Uprooted’, era una especie de retelling de cuentos polacos (yo estudié un año en Varsovia, por lo que cualquier cosa relacionada con Polonia suele llamarme la atención) y que tenía muy buenas críticas. Tiempo más tarde, en esa misma librería, estaba mirando en la sección de libros en inglés, buscando alguna oferta y vi uno llamado ‘Uprooted’. Cuando caí en qué libro era no lo dudé y me lo llevé. Hice bien. ‘Uprooted’ narra la historia de Agnieszka, una chica algo torpe y descuidada que es requerida por el brujo que vive cerca de su aldea, conocido como Dragón, y que toma cada diez años a una joven para llevarla a su torre. Pronto, Agnieszka descubre que el Dragón se encarga de mantener a raya el Bosque, cuya corrupción acecha las naciones de Polnya y Rosya. Hay cuatro aspectos que me han gustado mucho de ‘Uprooted’: primero, la maravillosa ambientación y la descripción de todo lo que rodea la trama, los personajes y los lugares, sobre todo El Bosque, un lugar tenebroso bajo una fachada hermosa; segundo, el sistema de magia me resultó muy curioso e interesante, pues se recitan los hechizos y estos funcionan mejor dándoles entonación de canciones infantiles o alterando las sílabas para obtener diferentes efectos; tercero, las relaciones entre los personajes, sobre todo la que tienen Agnieszka y su mejor amiga, Kasia; por último, el villano. El villano es El Bosque, o más bien la corrupción que se ha metido en lo más profundo de sus raíces y, si bien al final hubo cierto aspecto que se descubre del Bosque y que me resultó más flojo, me pareció muy acertada la elección de un villano que no fuera una persona. En resumidas cuentas, hay algo muy mágico en la narración y en la trama de ‘Uprooted’ que le ha otorgado un puesto en esta lista.
Amrita – Banana Yoshimoto
Hace pocos meses me propuse sumergirme en la literatura japonesa más allá de Murakami. En mi viaje a Valladolid, en una librería de segunda mano, al ver que los dueños tenían mucho conocimiento de literatura, les pregunté por autores japoneses y me recomendaron ‘Amrita’ y ‘País de nieve’ de Yasunari Kawabata (primer autor japonés en ganar un Nobel de Literatura). ‘Amrita’, publicado en 1994, narra la historia de Sakumi, una chica de cerca de treinta años a la que la vida le ha hecho pasar por diferentes contratiempos, incluidos la muerte de su padre, el supuesto suicidio de su hermana Mayu y un golpe en la cabeza tras una caída. Es a partir de este accidente y de la posterior pérdida de parte de su memoria que Sakumi se empieza a dar cuenta de que algo en ella ha cambiado. Por otro lado, su familia es muy peculiar: su madre, una amiga de esta, su prima y su hermanastro pequeño, al que le suceden cosas paranormales, viven en la misma casa y tienen una relación y una compenetración especial. La trama gira en torno a las visiones y premoniciones que empieza a tener su hermano pequeño, las cuales causan en él una gran sentimiento de ansiedad y depresión, y la relación que entablan Sakumi y Ryuichiro, el novio de la difunta hermana. Con esas dos fuerzas en su vida, Sakumi empieza a conocerse a sí misma, a conocer esa parte de ella que ha cambiado desde su accidente. Una novela muy instrospectiva, con un toque existencialista, y cargada de esa fantasía y creencia en los desconocido y sobrenatural que parece ser común en la cultura japonesa (porque no nos engañemos, la mayoría de nosotros que solo conozcamos los animes, tanto infantiles como adultos, algunas películas y a Murakami, no podemos negar que tienen un componente fantástico muy importante).
Abatida, comprendí el significado del silencio antinatural de aquel espacio. El aire, impregnado de las señales de la separación, se había detenido y estancado. Una persona que hasta el día anterior dormía a estas horas bajo este mismo techo ya no volvería a vivir nunca aquí.
No hay palabras para describir el aplastante impacto de aquella sensación de soledad. Estaba como desmoronada, tenía ganas de llorar. Si hubiera conseguido hacerlo, quizá me habría sentido mejor, pero lo que había sucedido me resultaba tan extrañamente lejano que solo me producía una sensación de ahogo.
Las huellas de Junko seguían estando por toda la casa.
Tendría que pasar tiempo, mucho tiempo, para que la energía de tantos recuerdos abandonase la casa al igual que ella.
Una de las cosas que más me ha conmovido de esta novela es la naturalidad de los diálogos y las situaciones cotidianas, de las reflexiones que se vuelcan en ellas y de las emociones que he experimentado a través del monólogo interior de Sakumi. Una buena introducción a la literatura nipona.
El maestro y Margarita – Mijaíl Bulgákov
He seguido un orden cronológico de lectura para realizar esta lista, pero he querido dejar ‘El maestro y Margarita’ para el final porque ha sido, sin duda, el libro más singular y el que más me ha fascinado de todos los que he leído este año. Tengo una relación de amor/odio con los escritores rusos y temía, en cierto modo, que este me defraudara o me exasperara (algunos rusos me exasperan, qué le vamos a hacer). Cuando lo compré, no conocía ningún dato de la trama ni había leído la sinopsis, pero no esperaba para nada el tipo de historia que luego me encontré cuando empecé la novela. ¿Qué pasaría si en el Moscú de los años 30, comunista y ateo, el diablo decidiese hacer una visita? La novela comienza con la conversación sobre Jesucristo y Dios entre dos literatos que se ve interrumpida por la intervención de un singular personaje que, tras rebatirles, predice la desafortunada muerte de uno de sus interlocutores. Los dos literatos lo toman por loco y se alejan de él, para más tarde comprobar que aquel extraño personaje no se había equivocado en su predicción. Es así como en el Moscú más intelectual empiezan a suceder una suerte de inexplicables (y bastante humorísticos) sucesos. La historia se mezcla con pasajes de la novela ficticia de la que se habla en la trama principal sobre Poncio Pilatos y Joshuá Na-Gozri (Jesucristo), que se centra en la perspectiva del quinto prefecto de Judea sobre la crucifixión de Joshuá. El autor de esta obra es el maestro, que con ayuda de su amante Margarita consigue reescribir su manuscrito, una alegoría del propio Bulgákov, el cual escribió, quemó, volvió a escribir varias veces esta novela y que no terminó la última versión, siendo su mujer, Yelena Shilovskaya, la que concluyó la obra. Bulgákov fue autor condenado al ostracismo y algunas de sus novelas fueron proscritas y es que, tomando de ejemplo ‘El maestro y Margarita’, Bulgákov enfrentaba a la sociedad rusa atea a unas ideas que no querían aceptar y que ponía de manifiesto la existencia en el ser humano del bien y del mal, así como la ridiculización de la sociedad contemporánea y de aquella que se hace llamar intelectual. Una obra que, como ya he comentado, me ha resultado innovadora, fascinante y llena de matices que seguramente adquieran más significado con el paso de mis años.
Hasta aquí mis favoritos de este 2016. Y, vosotros, ¿qué libros forman vuestra lista de destacados de este año? No dudéis en comentar y compartir vuestras opiniones.
Un saludo y que la literatura os acompañe.