Los libros que cambiaron mi vida

Si ya es difícil hacer una lista de libros favoritos, una en la que recojas aquellos que te han marcado de forma especial o que han provocado un cambio en ti, ya es otro cantar. No todos los libros que me han cambiado la vida (¿suena muy exagerado?) entrarían en mi top 10, ni los libros de ese top 10 me han cambiado la vida, al menos no de la forma en la que os voy a hablar a continuación. Sin entretenerme mucho más, os dejo mi pequeña selección.

Los santos inocentes de Miguel Delibes 

Estaba yo todavía en la ESO cuando mi profesora de Lengua y Literatura (a la que tengo taaanto que agradecer) nos mandó hacer un comentario de un fragmento de Los santos inocentes. No sé qué fue lo que me llamó la atención, pero algo en el momento en que Azarías llora a su milana bonita me hizo buscar el libro completo y leerlo. Y fue el primer clásico de la literatura que leía (aunque solo se publicara hace treinta años). Gracias a Delibes comprendí realmente lo que era ‘reflejar el lenguaje de los personajes’ y jugar con el estilo. Comprendí también que no solo se podía aprender literatura estudiando las pinceladas de los libros de texto, sino leyendo con ojos curiosos las grandes novelas que la formaban.

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La joven de la perla de Tracy Chevalier

Algo más tarde, ya en Bachillerato, me pasó por primera vez lo que yo llamo ‘la llamada del libro’, que es, como os podéis imaginar, que un libro te llama, como si te estuviese esperando, como si estuviese destinado para que lo leas. En este caso, pasaba por casualidad por la sección de libros de un centro comercial, sin intención de comprar nada, cuando vi la portada de La joven de la perla y tuve que pararme, cogerlo y comprarlo. De hecho, apenas leí la sinopsis. Fue como un flechazo. Al leerlo, no solo me cautivó la historia y toda las sensaciones que me hacía sentir al imaginarme el Delft del s. XVII, sino que despertó mi curiosidad por Johannes Vermeer, que se acabó convirtiendo en uno de mis pintores favoritos y la pintura flamenca de la época en una de mis favoritas.

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La insoportable levedad del ser de Milan Kundera

Fue en mi segundo año de carrera que conocí a mi amor verdadero (¿se puede una casar con un libro?). De casualidad, buscando información de una película, acabé en la página de Wikipedia de esta novela. Y como me pasó con La joven de la perla, algo me dijo «Fani, tienes que leerlo». Cada frase que leía era como sentir el consuelo de la comprensión: ¡alguien ponía en palabras lo que había dentro de mí y no sabía cómo digerir! De repente, estaba allí, en Praga, en los años 60, junto a Tomás, Teresa, ¡Sabina! Todos hemos amado alguna vez a una Sabina.

Los que me conocen, saben estas dos cosas de mí: 1) me encanta la Historia de la Guerra Fría y en especial la Historia de los países del Este bajo el yugo del comunismo; y 2) una de mis ciudades favoritas es Praga. Ahora adivinad una cosa… ¡exacto! Todo se debe a La insoportable levedad del ser. En mi opinión, una de las cosas maravillosas del arte, y en este caso de la literatura, es que enciende la chispa de la curiosidad, del querer aprender más y más, y la obra de Kundera hizo eso conmigo. Me hizo querer saber sobre Praga, sobre el comunismo en Checoslovaquia y demás países del Bloque del Este, sobre la Primavera de Praga, la Revolución de Terciopelo… Cuando fui por primera vez a la capital checa, no podía evitar imaginarme a los personajes caminando por donde yo caminaba, respirar el mismo aire o ver los mismos paisajes. ¡Ay, el poder de la literatura!

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El color de la magia de Terry Pratchett

Los que me conocen también saben mi amor por Terry Pratchett y todo fue por pura casualidad. En un viaje a Málaga sin mucho presupuesto, no se nos ocurrió otra cosa que entrar en una Fnac. Podéis imaginaros el sufrimiento de ver tanto libro junto y no poder comprar ninguno. Pero, de repente, vi una edición de El color de la magia por solo 1’95€ y pensé que el destino me estaba queriendo incitar al consumismo. Ni siquiera había oído hablar de Pratchett y nunca había leído fantasía, pero necesitaba quitarme el mono que me estaba provocando la Fnac, así que lo compré. Cuando lo leí, no me esperaba un mundo tan completo, tanto dinamismo en las aventuras, esa caricatura del mundo real, ese humor desternillante que intercalaba con grandes frases llenas de verdad. Fue mi introducción a la fantasía y ¡qué introducción! Y, por supuesto, fue mi introducción al que es a día de hoy uno de mis escritores favoritos.

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Y por último:

One day de David Nicholls 

En España traducido como Siempre el mismo día, One day es mi mejor ejemplo de ‘la llamada del libro’. Cuando estudiaba en Varsovia, solía ver a mucha gente en el metro leyendo un libro cuyo título en polaco lograba entender (Jeden dzień). Ese verano, en unas vacaciones en Londres, volví a ver a gente en el metro leyendo el mismo libro y me llamó la atención bastante. No fue hasta el verano siguiente, esta vez en Budapest, que entré en una librería especializada en libros en inglés y lo vi de nuevo. Otra vez el destino incitándome al consumismo. Pues bien, tras leerlo quedé muy agradecida con este. Es el segundo libro que me ha hecho llorar (el primero fue Los puentes de Madison) hasta el punto de tener que cerrarlo y necesitar un día para reponerme. Y, por si fuera poco, me hizo reflexionar y darme cuenta de que me hago mayor, de que el tiempo pasa y todo cambia. Fue una conclusión tan fulminante para mí en ese momento, que cada vez que pienso en esos temas, no puedo evitar acordarme de Emma y Dexter envejeciendo juntos y en el nudo en la garganta que se me formó cuando leía el final de esta novela. ¡Maldita sea! Creo que se me ha metido algo en el ojo…

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Con esto concluyo mi humilde lista de libros que han influido mi vida y, por supuesto, me encantaría saber cuáles son los vuestros, si coincidís o no con la lista, etc.

Un saludo y que la literatura os acompañe.

2 comentarios en “Los libros que cambiaron mi vida

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