Corrección de una novela

Cómo corregir tu novela cuando no te llega el presupuesto (III): Contenido

Ya hemos revisado el continente de nuestra novela, es decir, la ortotipografía y el estilo; ahora nos toca el contenido: trama, coherencia interna de la novela, etc.

Como ya os he dicho en las entradas anteriores, el orden de las correcciones puede variar, dependiendo de cómo trabajéis mejor. Esta corrección fue la última corrección básica que hice antes de la revisión final de mi novela, pero si preferís empezar por aquí para no gastar energías en partes que luego puede que no vayáis a usar, eso ya es elección vuestra.

¿Qué necesitaremos?

Una libreta, nuestra escaleta o guión de los capítulos (si los hemos usado) y post-its y/o subrayadores de colores.

Revisión de contenido

Esta parte variará un poco (no mucho) dependiendo de si somos escritores de mapa o de brújula. Si os gusta seguir un mapa, seguro que tendréis vuestra escaleta, vuestras sinopsis de los capítulos o algún esquema o mapa conceptual (o lo que hayáis usado, claro) de vuestra historia, que ya preparasteis antes de poneros a escribir. Pues bien, es hora de recuperar ese mapa y empezar a revisar vuestro manuscrito. Y si sois de brújula, entonces echad mano de una libreta y de las notas que hicierais (si las hicisteis) a medida que ibais escribiendo y revisando. Mis recomendaciones:

  • Coherencia entre estructura planificada y el resultado final: Prestad atención a que las descripciones de vuestra escaleta se ajusten a las escenas y capítulos que tengáis en vuestro borrador. Por ejemplo, si en el capítulo 1 teníais planificado que presentaríais a vuestros personajes principales y la ciudad donde viven, y en el capítulo 2, personaje A y B se pelean y aparece el primer punto de giro, lo suyo sería que en el manuscrito suceda eso.
  • Coherencia entre estructura improvisada y el resultado final: Si no habéis planificado de antemano, entonces mientras leáis el manuscrito, id anotando los puntos clave de vuestra historia y comprobad que no hay lagunas ni fallos argumentales que le quiten credibilidad a la historia. Si en el capítulo 2, A y B han tenido una pelea tremenda, de esas que dices ‘hostiaaa, estos/as ya no se hablan en la vida’, entonces sed coherentes y no los pongáis a tomar cañas o hidromiel en la escena siguiente, al menos, no sin una reconciliación previa. Quizá con este ejemplo digáis, ‘pero ¿cómo me voy a olvidar de una escena a otra de que mis personajes han tenido semejante pelea?’, y tenéis razón, pero imaginaos que A le dice a B ‘estúpida hipócrita, malnasida, qué haces besando a la lisiada?’ y luego, más adelante en la novela, B le recuerda a A que A le había dicho ‘mugrosa recogedora de basura‘. Puede que este error lo hayamos cometido porque no recordáramos bien la conversación literal, por eso es importante que estemos ojo avizor ante este tipo de detalles.
  • Coherencia en la descripción de personajes, escenarios, etc.: Que la descripción de tus personajes coincida con lo que habíais planificado en sus fichas de personajes o, en el caso de no tener esa ficha previa, que los detalles que vais escribiendo de ellos concuerden y no tengáis a un personaje rubio en un capítulo y dos capítulos más tarde sea moreno sin que se haya tintado. Lo mismo sucede con cualquier descripción de lugares geográficos, de animales o criaturas fantásticas, naves espaciales, nuevos planetas o cualquier otro elemento de vuestro worldbuilding.
  • Coherencia de la cronología interna de la historia: A cronología interna me refiero al orden cronológico (valga la redundancia) en el que ocurren los hechos de nuestra historia, independientemente de cómo ordenemos las escenas en la narración. Por ejemplo, tenemos estos sucesos ordenados: 1º) Personaje X sale de su casa y va al banco; 2º) Está en el mostrador haciendo sus operaciones; 3º) Entran a robar; y en nuestra novela lo presentamos así: A) Entran a robar y personaje X se asusta y recuerda lo que ha hecho, es decir, B) ha salido de su casa para ir al banco y C) estaba tranquilamente haciendo sus gestiones. Tened también en cuenta las fechas y las horas del día para que no digáis en una escena que es mayo y, dos días después en la cronología, digáis que es enero.

Como habéis podido comprobar, la esencia de la revisión de la trama y contenido reside en mantener la coherencia de nuestra historia y evitar que los lectores frunzan el ceño, levanten la vista de nuestro libro, vuelvan a fruncir más el ceño y exclamen:

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Lectores beta

Una vez que hemos revisado la coherencia de nuestras historias, necesitamos un ojo ajeno. Este ojo ajeno vendrá de la mano de nuestros lectores beta. Un lector beta es aquel que lee tu manuscrito antes de que salga a la luz y te da su opinión sobre el mismo. Nos viene bien tener lectores beta especialmente por dos motivos:

  • Son quienes van a darte una pista de si nuestro libro gusta al público o no.
  • Van a ver de forma objetiva los fallos y vicios que tenga nuestra novela (y que hayamos pasado por alto en la revisión). Estos fallos y vicios que detecten nuestros lectores beta pueden ser tanto de contenido como de ortotipografía o estilo.

Porque sí, a pesar de todas las revisiones, se nos pueden pasar muchas cosas por alto. Imaginaos que estamos escribiendo una novela de fantasía como esta:

En un mundo chupiguay, la magia solo puede canalizarse a través de la madera. Cualquier tipo de madera sirve. Mientras escribimos, tenemos clarísimo que así funciona la magia en nuestro mundo, de hecho, lo tenemos tan claro y tan interiorizado, que se nos ha pasado por alto aclararlo en la novela. Nuestros personajes usan báculos guapísimos de madera tallados con forma de animales superlegendarios o bien pueden usar varitas sacadas de árboles y fabricadas con mimo y esmero. Los lectores pensarán que solo estas armas mágicas sirven en este mundo, así que se quedarán loker cuando vean que uno de los personajes coge el palito del helado que se acaba de comer para lanzar un hechizo.

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«Pero ¿¡por qué está peleando contra el malo malísimo con el palo del Magnum!?»

Pues se han quedado así porque, al estar tan inmersos en nuestra propia historia, hemos dado por hecho que ese dato era obvio cuando, en ningún momento, lo hemos dejado claro en la novela.

Así que nuestros lectores beta nos ayudarán a ver esos fallos. Aquí os dejo varios artículos muy buenos sobre el tema:

Todos estos artículos coinciden en hacer un pequeño cuestionario a nuestros lectores y nos ponen varios ejemplos de preguntas generales. Yo también os recomiendo que añadáis otras específicas o las adaptéis al tipo de novela que tengáis, por ejemplo, si tenéis una novela policíaca, preguntad si era predecible, si han picado con las pistas falsas, etc.; y si es una de fantasía, podéis preguntar si entienden el tipo de magia, si les resulta fácil imaginarse vuestro mundo, etc.

Y, por supuesto, agradeced siempre a vuestros lectores beta porque, al fin y al cabo, van a ser quienes nos salven de algún que otro desastrillo.

 


Hasta aquí la tercera parte de este pequeño tutorial de corrección low-cost de una novela. Cualquier sugerencia o corrección que tengáis, no dudéis en dejarla en los comentarios.

La próxima (y última) entrega será ya el toque final a nuestro manuscrito.

Un saludo y que la literatura os acompañe

6 comentarios en “Cómo corregir tu novela cuando no te llega el presupuesto (III): Contenido

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